Crónicas

VHÄLDEMAR y ETORKIZUN BELTZA, Sala de cultura de Larratxo, Donostia, 14 de noviembre de 2020.

VHÄLDEMAR y ETORKIZUN BELTZA, Sala de cultura de Larratxo, Donostia, 14 de noviembre de 2020.

Directo Al Infierno, ¡¡¡A MUERTE!!!

Por Ángel Saint & Sinner y Felipe Carlos.
Fotos: Unai Sánchez.

 

«La nueva normalidad» en el maldito año que estamos viviendo se vio reflejada en la coqueta sala donostiarra en la tarde del sábado. La apuesta era clara, celebrar un concierto de heavy metal en unas condiciones marcadas por la seguridad. Aforo reducido a 120 fanáticos, que, ávidos por disfrutar con la música en vivo nos vimos obligados a disfrutar del show sentados, con mascarilla en todo momento, separados por el metro y medio correspondiente y sin beber. Algo que en principio parecía una tortura, se convirtió en una pauta asequible para que el show continúe, y las bandas y aficionados podamos deleitarnos con la música en vivo.

La organización estuvo al nivel exigido, haciendo cumplir durante la velada con todas las reglas establecidas, ayudados en todo momento por las bandas y el público, cuya educación y comportamiento fueron exquisitos, consiguiendo así que la apuesta fuera superada con éxito total. Siendo un ejemplo de lucha intensa contra las adversidades vividas durante este año, y como recompensa, Vhäldemar y Etorkizun Beltza se dejaron el alma encima del escenario.

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Los bilbaínos Etorkuzun Beltza abrieron puntuales con su metal clásico con toques progresivos y alguna pincelada thrash. No conocíamos a la banda, pero dejaron un buen sabor de boca. Para la ocasión su cantante debutaba, el genial Alain Concepción, y en las dos primeras canciones el micro le falló, algo que no le amilanó, y una vez subsanado el problema dejó patente que tiene una gran voz llegando a unos agudos tremendos. Dieron un repaso a temas de sus dos discos, con intensidad y muchas ganas, sus letras en euskera dejaron bien claro lo que quieren y lo ejecutan de manera formidable. Buena base rítmica y unos guitarristas destacables con riffs poderosos que calentaron la sala para sus paisanos.

Los de Barakaldo son ya perros viejos, muy conocidos en estos lares y saben que tienen un público fiel y entregado lo cual ya le da un plus a sus directos. Pero en esta ocasión era especial para todos, así que los primeros compases del primer tema fueron interpretados totalmente sentados y con mascarilla solidarizándose con el respetable.

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Todos esperábamos una brutal dosis de buen heavy metal. Y vaya si la tuvimos. Enseguida su carismático e impredecible cantante, Carlos Escudero, dejó claro que no hay quien lo pare encima de un escenario, con su patente sentido del humor interactuó con el público, bromeando en todo momento, haciendo ameno y divertido el show. Como él decía, no todo va a ser música, el humor es necesario y en estos tiempos más todavía. Bajo la batuta del cerebro de la banda, y grandísimo guitarrista Pedro J. Monge fueron cayendo varios temas de Straight To Hell cuya presentación oficial era la excusa para plantarse en Donosti y volarnos la cabeza con su heavy metal. Pedro es un guitarrista poco valorado, pero en silencio y sin dar mucha guerra, se ha convertido sin duda alguna en uno de los mejores de nuestro país. Sus solos, y poderosos riffs son el sustento de Vhäldemar, que bien acompañado por la férrea sección rítmica constituida por Jandro a la batería y Raúl Serrano al bajo además del teclista Jonkol Tera conforman una de las más brutales formaciones de heavy metal del mundo.

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La intensidad del concierto fue subiendo, la banda tenía un tiempo estipulado, y aunque algo corto debido a lo que todos sabemos, consiguieron una intensidad abrumadora. Dieron un buen repaso al nuevo disco, así como a varios temas emblemáticos de su carrera, dejando alguno que otro en el tintero y añadiendo alguno que no estaba previsto. ‘My Spirit’, ‘Black Mamba’, ‘Death To The Wizard!’, ‘Straight To Hell’, ‘Lost World’ o ‘Metalizer’ fueron algunas de las descargas con las que los vizcaínos nos volaron la cabeza.

Por último, decir que la cultura no solo es necesaria, es vital. Que la cultura no solo son teatros o cines. Que la cultura es muy amplia, que la música tiene su espacio y que el metal está más vivo que nunca. Si las cosas se hacen bien, los conciertos son totalmente seguros.

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