De esos clásicos que nunca envejecen.
Por Javi Segura Ruiz.
Una de tantas frases míticas del gran Groucho Marx decía algo así como “tardé tanto en hacer la crítica que nunca llegué a leer el libro”…
Todos aquellos que tenemos el privilegio de poder realizar reseñas sobre nuestros pensamientos musicales y difundirlos por diferentes webs o redes sociales, deberíamos ser plenamente conscientes de las grandes responsabilidades que ello conlleva:
Una de ellas, (e independientemente del mayor o menor grado de aceptación que pueda tener nuestra reseña), saber transmitir que hemos profundizado lo suficiente sobre aquello que relatamos, (de ahí la cita de Marx) y la otra recordarnos a nosotros mismos que no estamos en el poder absoluto de la verdad con nuestra particular e individual percepción, evitando así comentarios grotescos, prepotentes y fuera de contexto, tales como, por ejemplo, decir que un grupo debería haber desaparecido tras la publicación de un determinado disco, como éste que nos ocupa…
Tras un gran, (aunque bajo mi opinión sobrevalorado) debut con Don’t Come Easy, los neoyorquinos Tyketto editaron un brillante Strenght in Numbers en 1994, ya en pleno apogeo de la tendencia musical que todos conocemos; de hecho, tardó dos años más en publicarse pues Geffen no quería ni oír hablar de ese estilo que entonces apenas ya vendía hasta que Music For Nations sí se decidió a tirar la casa por la ventana, metáfora hiperbólica pero desgraciadamente no alejada de la realidad dada la “cultura” mainstream marcada en la primera mitad de los 90.
Su primer trabajo nos presentaba una compacta colección de temas puramente hard aor melódicos, mientras que con el segundo, aún manteniendo esas credenciales, se adentraban en terrenos más variados pero consiguiendo igualmente un disco totalmente homogéneo pese a esa mayor diversidad y totalmente inmiscuido en ese sonido vetado de pleno en aquel entonces; años más tarde, ya sin Danny y con Steve Augeri al frente, editaron el soberbio Shine, (que se llevó hostias por doquier por los habituales “entendidos” y cerrados de mollera), y del cual ya publicamos nuestras impresiones en nuestra sección Extraños y Hermosos.
Su portada me dejó cautivado al instante en cuanto la vi en revistas y posteriormente en la tienda donde lo atrapé; misticismo entre esa manada de lobos ligeramente difuminados en mitad de la niebla y nieve. Preciosa y a la altura de todo lo que podemos disfrutar con este discazo.
¡Y es que a ver si no te tumba ese inicio con el vozarrón de Danny Vaughn en el tema homónimo junto a las guitarras hard y funky del enorme Brooke St. James! Un tema lleno de garra, energía, buenos coros y que te introduce de inmejorable manera a todo lo que está por venir.
“Rescue Me” es uno de mis temas favoritos de todos lo que he escuchado dentro de este género, mismas palabras que puedo utilizar para ese descomunal solo de guitarra; ¡si es que viendo venir su intro ya me pongo loco! Brooke St. James culmina un soberbio cóctel de técnica, feeling y melodía… ¡sublime!; uno de los grandes guitarristas de este mundillo aunque pocas veces reconocido como tal. “Rescue Me” es puro hard rock melódico de una clase y elegancia supremas.
Otra joyita se avecina con esas suaves acústicas que inician “The End of the Summer Days”, la voz más aterciopelada de Danny y unos arreglos de guitarras en los que por momentos las notas parecen querer deshacerse en lágrimas; un tema de bella nostalgia y melancolía; de semejante contexto aparece también otra delicatessen como es “Catch My Fall”, aunque aquí rápidamente la base rítmica impone un ritmo más vivo, las guitarras continúan destellando clase y las notas predecesoras a otro fantástico solo vuelven a transmitir esa sensación de sutil llanto.
¡Menudo despliegue vocal realiza Vaughn en “Ain’t That Love”!; guitarras y groove fusionan el hard rock con el soul y es ahí donde el fantástico vocalista lo borda, lo borda y lo vuelve a bordar; todo ello aderezado además por esos arreglos de viento que tan bien le quedaban a canciones como ésta y a las de bandas como Extreme o Thunder.
La acústica “The Last Sunset“ es tan simple como bella y mágica; que queréis que os diga, pero a mí me es imposible evitar trasladarme hasta ese último atardecer con el sentimiento que desprende este hermoso tema.
Vuelven esos ritmos hard funky con “All Over Me” y la nueva presencia de arreglos de viento acompañados de armónica; el colosal Pornograffitti parece que influyó lo suyo en aquella época y las Les Paul de St. James se acercan más que nunca al sonido, riffs y estructuras de las Washburn de Bettencourt.
Vaya goce transmite “Write Your Name in the Sky” desde ese inicio marcado por la melodía principal de guitarra; un mid tempo repleto de elegancia y en el que destaca esa potente garra que demuestra la banda al completo en esa melodía cercana al minuto y medio y otro fantástico solo de St. James.
“Meet Me in the Night” es un tema hard aor y de los más celebrados por los fans del grupo, aunque particularmente no pienso igual debido principalmente a un estribillo demasiado repetitivo y machacón.
“Why Do You Cry” se impregna de una soberbia cadencia hard bluesera donde Brooke se luce de lo lindo en todas sus líneas de guitarra, desde los riffs y arreglos hasta otro solazo de escándalo en perfecta onda con el clima que transmite la canción.
“Inherit the Wind” viene a ser una mezcla del ritmo hard funky del tema homónimo y los riffs y arreglos de “Rescue Me”; fabulosa esa parte final que se inicia de modo pausado, seguida de una estrofa vacilona y que desemboca en un último minuto reservado para el lucimiento de Mr. St. James.
Con la excusa de que los fans no comprendieron por qué “Standing Alone” no fue editado como single en su primer trabajo, volvieron a grabarlo para la ocasión; personalmente me gusta más el sonido y arreglos sólidos adquiridos en conjunto en este remake de semejante baladón.
En 2019 y a raíz del XXV aniversario de su edición, editaron un Live con la interpretación entera del disco, (como ya hicieran años atrás con Don’t Come Easy), con la formación actual añadiendo además “Wait Forever”, tema descartado en su día en el track list final del disco de los lobos.
No es que Strenght in Numbers haya envejecido bien con el paso de los años, sino que más bien parece que no lo haya hecho en absoluto.
Un disco enorme, repleto de clase y elegancia y sin duda alguna uno de mis favoritos del género tras tantos años transcurridos desde que fue editado.
¡Muy grandes Danny Vaughn y Brooke St. James!
TYKETTO:
BROOKE ST. JAMES: Guitarra
DANNY VAUGHN: Voz
MICHAEL CLAYTON: Batería
JAIMIE SCOTT: Bajo