Madrugando amanece más temprano.
Por Javi Segura Ruiz.
Tan amplio y sabio es nuestro refranero popular como susceptible de ser puesto en duda por las particulares y subjetivas percepciones que cada persona quiera atribuir a cualquiera de sus conocidas afirmaciones; es más que posible que no haya llegado a oídos de los músicos de Treat el manido “no por mucho madrugar amanece más temprano”, pero sí que es cierto que, sin saberlo, han puesto contra las cuerdas esas palabras con la edición de su nuevo “Tunguska”…
Y es que no estamos acostumbrados a que la gran banda sueca edite en los últimos años dos discos con tan poco margen de distancia entre ellos, por lo que el anuncio de su nueva obra dado a conocer a principios de junio seguro que sorprendió a la mayoría de sus seguidores; “Ghost of Graceland” supuso otra gran colección de canciones, (como no cabe esperar otra cosa de un grupo que pocas veces ha recibido el reconocimiento que merece), pero también es cierto que dio la impresión de que le faltaba “chicha”, en un exceso de sobre producción que derivaba a muchos de los temas a un sonido demasiado artificial y prefabricado, incluso “disco”, como nuestro forero y admirador de los suecos, Sunless, insistía en más de una ocasión medio en serio medio ironizando sobre el asunto.
Esas aparentes prisas en publicar un nuevo trabajo hacía recalar dudas acerca de lo que nos podían volver a ofrecer, más aún cuando son seis los años que separan las dos anteriores publicaciones desde su regreso.
“Build the Love” se mostraba como adelanto y podía hacer presagiar que continuaban por los derroteros de su anterior obra; un tema melódico y comercial, pero realmente chulo, exquisito y elegante, desde los arreglos de guitarra y teclados al compacto sonido de la base rítmica, ¡si es que hasta los finales y trillados ohh ohh ohh ohh saben a gloria! Fantástico tema.
El segundo single se presentaba mucho más cercano a lo que verdaderamente vamos a escuchar a lo largo de “Tunguska”; sin ser una canción demasiado potente, sí que muestra un sonido más crudo y pesado, especialmente en su lograda intro, (insinuando la melodía principal de su acompasado y estupendo estribillo), así como en el solo de Wikstrom.
“Progenitors” es el tema con el que abren “Tunguska”; tras escuchar, entre muchos más detalles, sus primeros compases con cierto tinte épico y la galopante batería de Borger a lo largo de la canción, no cabe otra que te venga a la cabeza “Coup de Grace”, esa obra maestra y el que considero el mejor disco de hard rock melódico de este siglo; tema que augura que esto promete mucho… ¿espejismo o realidad? Sigamos…
“Always Have, Always Will” tiene un comienzo muy Europe y hasta la voz de Ernlund parece que se “TEMPESTice” para la ocasión; las siguientes melodías son ya marca patentada de la factoría Treat en uno de los cortes más melódicos que vamos a escuchar pero no falto de la coherente fuerza que necesita.
Fantástica intro de teclados, así como de voces y guitarras in crescendo para “Best of Enemies”; tema con tintes ligeramente progresivos y que transmite ciertas connotaciones bélicas; me han encantado los tonos más agresivos que emplea en distintas fases Robert Ernlund ¡temazo!
Equilibrio entre melodía y potencia para “Heartmath City”; uno de los temas que mejor definen el periodo de transición desde su anterior álbum; muy melódica e impregnada de una mezcla perfecta entre los sonidos escandinavo y americano… ¡muy Treat!
La más veloz y dura “Creeps” nos acerca de nuevo al sonido de su mítico disco de 2010, encontrando razonables similitudes entre el puente de ésta y el estribillo de “The War Is Over”; quedan muy bien esos modernetes coros que hacen de eco en el estribillo, así como muy curiosos los que se escuchan de fondo en la introducción del solo, el más explosivo dicho sea de paso de todo “Tunguska”.
Sin embargo, “Man Overboard” nos acerca más a su anterior “Ghost of Graceland”, con un genial comienzo a cargo de los teclados de Patrick Appelgren que desemboca en un riff pesado, estructura similar a “Alien Earthlings”; la parte extravagante corre a cargo del solo de teclado de Patrick como ya hiciera en “House of Fire”.
Los marcados riffs de “All Bets Are Off” parecen anticipar el corte más hard aunque, si bien es un tema rockero, su estribillo clicheado y suave lo atrapa hacia terrenos más melódicos; resulta cuanto menos bastante adictiva, misma sensación acrecentada incluso que te va a producir el fantástico estribillo de otra rockera, melódica y marchosa como “Riptide”, llamada a ser otro potencial single e imprescindible para los directos; sonido muy “Eclipse” en algunas fases, aunque con la identidad propia de Treat; bonito preludio instrumental que antecede al solo, (corto, explosivo y uno de mis favoritos), que más prolongado servirá para dar por concluido este estupendo trallazo melódico.
Para los que no somos muy dados a un exceso de temas tranquilitos dentro de un disco de rock, es de agradecer que hasta el track list 10 no aparezca el primer y único tema relajado; una power ballad con claro acento “lepp” en el estribillo; personalmente, creo que hubiera ganado potencial si en dicha parte la voz de Robert hubiera adquirido un protagonismo exclusivamente solista en detrimento de esos coros tan manifiestamente afines al sonido de los de Sheffield; buen tema que tendrá su versión acústica como bonus, donde el melancólico piano aparece en menor medida sustituido por las también relajadas seis cuerdas.
Con “Undefeated” me ha ocurrido algo curioso; de primeras no me ha llamado demasiado la atención, pero a la vez, ¡ha sido el único que he sentido la necesidad de escucharlo cinco veces seguidas! Resultado de ello: ¡tema magistral y mi favorito del disco! Robert Ernlund realiza una estupenda interpretación vocal; las pesadas y a la vez afiladas guitarras de Anders recuerdan mucho a las del sonido de Trond Holter, (ayuda a ello los tétricos teclados “draculianos” de Appelgren); ¿el estribillo? ¡Pues otro más que solo va a servir para torpedear tus neuronas! Wikstrom realiza otro gran solo que alcanza su clímax acompañando los coros; atención a la estrofa que le precede antes de retomar otra vez el estribillo, un pausado interludio de piano, guitarras y la voz de Robert que eriza la piel ¡Menuda maravilla para cerrar “Tunguska”!
Treat está compuesta de musicazos; todos ellos desempeñan un papel soberbio y bastante protagonista, (¡Robert Ernlund canta cada vez mejor!), pero me gustaría ensalzar especialmente la labor en todos y cada uno de los temas de Pontus Egberg; no es precisamente el bajo un instrumento que resalte o sea demasiado reconocido a nivel general en la música, pero a medida que vayas escuchando “Tunguska”, sumérgete en la fantástica labor que el músico ejecuta con las cuatro cuerdas porque realmente merece la pena prestarle especial atención.
Treat han madrugado mucho, cargados de ideas, creatividad, ganas e ilusión; fruto de ello es este tempranero amanecer que demuestra que no todo es cuestión de un prolongado transcurrir del tiempo para madurar un trabajo a conciencia y de gran calidad.
Lo “malo” de engendrar obras del calibre de “Coup de Grace” es que, irremediablemente, todo lo que hagas a posteriori va a ser comparado con la grandeza de ese soberbio disco; olvidemos ciertos prejuicios y ante todo démonos cuenta de que estamos ante una banda veterana que continúa irradiando entusiasmo, pasión y un nivel supremo en sus composiciones; “Coup De Grace” es único e irrepetible, pero disfruta también como se merece y sin comparaciones este nuevo gran trabajo.
“Tunguska” ha vuelto a aparecer 110 años después, pero esta vez no tan solo ha afectado a la infinita y desconocida Siberia, sino que ha eclosionado de pleno en todo el género del hard rock melódico.
¿Cuántas bandas son capaces de crear una trilogía de este nivel musical?
TREAT:
ROBERT ERNLUND: Voz
ANDERS WIKSTRÖM: Guitarra solista y coros
PATRICK APPELGREN: Teclados, guitarra y coros
PONTUS EGBERG: Bajo
JAMIE BORGER: Batería
