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SNAKECHARMER «Second Skin» (Frontiers Music, 2017)

SNAKECHARMER «Second Skin» (Frontiers Music, 2017)

Intensa serenidad.

Por José Ramón González.

 

Cuando escuché las primeras canciones del nuevo disco de Snakecharmer me gustaron mucho. El disco al completo me gustó mucho mucho, en las primeras escuchas. Ahora ya es uno de mis favoritos en lo que va de año y no sé cuántos ‘muchos’ más me va a gustar con el tiempo.

Es triste que vivamos en un tiempo esclavo de las modas, a pesar de que éstas son cada vez más efímeras y menos originales, más pobres y repetitivas; un tiempo en el que se valora lo nuevo sólo por serlo, teniendo en cuenta que prácticamente nada de lo nuevo es nuevo. Triste es también que lo que llamamos clásico haya sido relegado a un simple y erróneo sinónimo de ‘viejo’ y, por lo tanto, aburrido por el simple hecho de no ser nuevo. Resulta que la idea es totalmente la contraria: un clásico lo es por seguir vigente a pesar del paso de los años, las décadas o los siglos. Y si no, echemos un vistazo a todas esas novedades que han desaparecido como polvo en el viento, que diría uno de esos mismos clásicos. Por definición el clásico sirve de modelo, y por ello se imita, por ser referencia; ése es el motivo por el que no pierde vigencia. Por lo tanto, no debería estar perdiendo más tiempo con esto, tratando de reivindicar lo que no lo necesita, pues está presente por méritos propios.

Todo esto tiene que ver con que la música de Second skin, el magnífico segundo álbum de Snakecharmer tampoco es que esté de moda, y menos aún sus virtudes: la elegancia, el buen gusto, los matices sutiles y la ausencia de sensacionalismos. Parece increíble que se consiga tanto con aparentemente tan poco. Cuanto menos aparenta ser cada una de las canciones, más potencial lleva incorporado. Al contrario de lo que ocurre con productos comercialmente calculados, Second skin no es un disco que impacte de primeras; más bien al revés. Produce un efecto hipnótico. Bajo esa superficie engañosamente sencilla se esconden multitud de matices a los que no se llega sino a través de un trabajo de depuración, de renuncia a lo prescindible, tratando de llegar a la médula donde anida la esencia. Lo que apreciamos en un primer instante es el molde; lo que son capaces de conseguir a partir de ese molde es producto del talento.

Resulta difícil averiguar dónde está el secreto. Si tuviese que aventurarme, diría que el corazón que bombea en el fondo es doble: uno sería la inconfundible batería de Harry James (este hombre da vida a cualquier canción, por favor) y el otro sería el impagable bajo de Neil Murray quien hace un trabajo absolutamente disfrutable todo el disco, eso sí, hay que estar atento porque no lanza nada a la cara. Si además uno cuenta con la incomparable voz de Chris Ousey casi que está obligado a hacer al menos media docena de canciones buenas. Adam Wakeman a los teclados está fantástico durante todo el álbum con aportaciones de gran relevancia. A las guitarras Laurei Wisefield y, sustituyendo a Micky Moody, Simon McBride. Qué guitarras tan elegantes, tan sutiles, tan llenas de significación.

El disco no ofrece demasiadas diferencias con el anterior, o sea que es muy bueno. Quizás incluso mejor, un poquito más hard rock. Para justificar lo que digo recurro a argumentos irrefutables: “Follow me under”. Una canción que vibra moderadamente en los primeros acordes y una vez arranca es toda vitalidad: las guitarras van añadiendo pinceladas, notas, acordes, rascados –hay que fijarse en cómo suenan durante las estrofas con las cuerdas sin pulsar, una gozada–; el bajo de Murray es música en sí mismo, es capaz de parecer que va a lo suyo y lanzar la canción a cuarenta dimensiones simultáneas; Wakeman hace que cada vez que se escuche la canción parezca nueva y mejor con aportaciones magistrales que sólo alguien educado en los setenta podría hacer parecer tan nuevas; Ousey… para qué intentar describir lo que canta este hombre; y Harry James, que sin hacer alardes de ningún tipo es imposible no reconocerlo, ya tiene mérito.

Otro argumento: “Fade away”. Los coros se inventaron para poder meterlos en una canción como ésta. Magistral, delicada, emocionante. Tiene la virtud de transmitir fragilidad e intensidad al mismo tiempo, como si la canción se fuese a quebrar, a difuminarse en cualquier momento, y sin embargo tiene en su interior una fuerza emocional intensa y pura.

Y podría añadir cualquiera de las otras, porque todas son buenas: “Punching above my weight”, “Are you ready to fly” o “That kind of love”, serían suficientes argumentos.

Los solos de guitarra son breves e inolvidables, sencillos y brillantes, otra muestra más de ese clasicismo que hace de la naturalidad virtud, pero que es tan difícil lograr. Es como conseguir regresar al origen y dar con la clave de la creación: todo surge de algo sencillo y con el tiempo se emborrona, cambia, se aleja de su esencia… se olvida. Llegamos a creer que inventamos todo, que creamos algo nuevo a cada paso, y sin embargo, aunque no lo sepamos, no hay nada que no lleve en su interior una parte de esa creación original, ese clasicismo que tantos desprecian y que no es, ni más ni menos, que la sustancia de la que venimos y de la que estamos hechos. Si no sabemos eso, es que no sabemos lo que somos.

Dejándome llevar por la elegancia y equilibrio de este disco extraordinario, había descartado su potencia; sin embargo, en las últimas escuchas he descubierto que si giro la ruedecita del volumen a la derecha, el disco lo disfruto aún más y explotan la irresistible “Dress it up”, la potente “Hell of a way to live” o la riquísima “I’ll take you as you are”, por lo que ahora Second skin me gusta mucho mucho mucho mucho…

 

snakecharmersecondskincoverSNAKECHARMER:
CHRIS OUSEY: Cantante
LAURIE WISEFIELD: Guitarra
SIMON MCBRIDE: Guitarra
NEIL MURRAY: Bajo
HARRY JAMES: Batería
ADAM WAKEMAN: Teclados

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3 Comentarios

  1. Imagen de perfil de Jesus

    Joder Joserra!!, no es sólo que esté de acuerdo con el contenido de un disco que me parece brillante, sino que me admira la forma que tienes de desgranar aspectos musicales con tanto cuidado y talento. Pasas por los temas como de soslayo pero, sin embargo, profundizas con precisión y belleza sus matices más trascendentales. Te he halagado en varias ocasiones, pero es que es muy difícil abstraerse de palabras tan acertadas. Enhorabuena!!

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  2. Imagen de perfil de Joserra

    Te agradezco sinceramente el comentario, Jesús.

    Me alegra saber que te gusta tanto. El disco es, como dices, brillante, casi mágico, parece que va desarrollándose con las escuchas. Para mí es de los que de verdad merece la pena.

    Responder
  3. Imagen de perfil de starbreaker

    Una más, (y ya van no se cuantas), excelente reseña de Joserra.
    Quisiera comentar el tema del volumen, ya que esa misma sensación en la que incide Joserra me ha sucedido a mi; sin duda uno de los discos de año!

    Responder

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