Recuperando sensaciones.
Por Óscar L. González “Mendo”.
Transcurridos 4 años desde el precedente y decepcionante «Thunder in the distance», Place Vendome vuelven a la carga con su cuarto trabajo en el que recuperan parte de la calidad de sus dos primeros discos. No es que este disco tenga la calidad o el nivel musical de su irrepetible, fresca y embaucadora opera prima, pero sí al menos marca una clara y palpable mejoría con respecto al precedente, en el cual solo había media docena de canciones salvables. La cantidad de escuchas que exige es parecida, pero aquí se aprecian rápidamente la «chicha» y el empaque que aquel no tenía.
La continuidad estriba en que la autoría de las canciones corresponde a multiples artistas Frontiers al igual que en los dos precedentes, con una buena selección y la novedad la constituye que Uwe Reittenauer solo toca un punteo y rítmicas en 4 temas, siendo el resto de solos obra de multiples guitarristas y las demás rítmicas las toca el bajista, productor y corista Dennis Ward. Este cambio es positivo y aporta que los hachas hagan sus solos como si no hubiese un mañana, aunque en el aspecto de las rítmicas no veo ningún aporte positivo por parte de Ward al cual Reitenauer supera por goleada… pero el gato es suyo.
Siendo muy puntillosos, el estilo ha tomado una deriva más dura (o incluso hacia el metal progresivo debido a los compositores) quedando ya poco de aquel esplendoroso y delicado A.O.R. que impregnaba su primer disco, salvo algunas pinceladas más culpa de los interpretes que de los compositores, aunque la producción y el diseño general del producto no haya cambiado mucho: este proyecto es un vehículo de lucimiento para Michael Kiske y de nuevo lo vuelve a conseguir. Es increíble que con el tute que se ha llevado su voz durante más de 30 años, siga manteniendo esa amplitud de registro y esa potencia… y también esa capacidad para saturar a sus muchos detractores, pero este no es el caso. La batería y teclados siguen siendo responsabilidad de los ya habituales y solventes Günter Werno y Dirk Bruinenberg y poco más se puede decir.
Tras un montón de escuchas esto es lo que puedo opinar sobre «Close the the sun» disco editado este año coincidiendo con la gira de reunión de Kiske y sus Helloween, gira que muchos esperamos como agua de mayo.
La homónima «Close to the sun» compuesta por el guitarra de DGM Simone Mularoni incorpora multiples toques de Prog, pero si en algo destaca es por las afiladas rítmicas y el punteo de Reittenauer. Buen inicio.
«Welcome to the edge» y las ampulosas orquestaciones de Günter Werno recuerda a su primera etapa, con un Kiske dominando agudos y graves con un desprecio insultante. Temazo obra de Janni Liimatainen y punteo de Alfred Koffer que se sale.
Mas toques progresivos en «Hereafter» que es una versión del tema homónimo de los progresivos italianos y amigos de don Serafino DGM en el cual tambien Mularoni aporta guitarras. Los arreglos son un poco diferentes pero sigue siendo un pedazo de tema.
«Strong» es la primera de las aportaciones del todoterreno Alessandro del Vecchio y es una insulsa balada que aburre hasta el hartazgo. Por como la canta, creo que hasta Kiske se aburre. Next.
La inconfundible guitarra de Reittenauer marca la personalidad de «Across the times» donde recuerdan a su primera obra por su melodiosidad y nulo rastro del progresivo que tanto gusta a su compositor Simone Mularoni. El punteo de Kai Hansen es de lo mejor del disco. Temazo.
En «Riding the ghost» que es obra del ínclito Fabio Lione suenan poderosamente a los Queensrÿche de «Empire», cosa fácil para Kiske que vuelve a estar superlativo, como Hansen en el punteo; el que tuvo retuvo.
«Light beyond de Dark» y sus aires moriscos son obra del talentoso Michael Palace y cuenta con un estribillo marca de la casa. El técnico y fugaz punteo obra del pluriempleado y no menos talentoso Gus G. no le va a la zaga. De lo mejor del disco.
Otro tema que recuerda a sus inicios mezclado con «I want out» es «Falling Star», obra de Magnus Karlsson que fue la primera canción seleccionada para el disco. El punteo es pura delicattessen. En la media.
La segunda balada «Breathing» es la mejor canción del disco y nada tiene que ver con la precedente. Incorpora potencia y capacidad adhesiva a partes iguales. Es obra de Aldo Lonobile y el emotivo punteo cortesía de Michael Klein. Temazo sin paliativos.
«Yesterday is gone» es la segunda aportación del pequeño Del Vecchio y suena a Place Vendome por los cuatro costados, aunque no es muy original. Kiske la salva de la quema con su despliegue vocal y Michale Klein y su palanca de trémolo dominan en el bonito punteo.
«Helen» es la tercera balada, también obra de Lione y es otro temazo incontestable, pese al disonante punteo de Mandy Meyer.
«Distant skies» es la segunda aportación de Lonobile y es un potente tema que pone el cierre a un disco que sin ser una obra maestra, es entretenido y conserva parte del ADN y calidad que siempre tuvo Place Vendome y que se había perdido en el precedente.
Disco recomendable salvo que seas un «hater» de Michael Kiske, en ese caso, es mejor que te gastes los 15€ que cuesta (y vale) la copia física en otra cosa más productiva.
PLACE VENDOME:
MICHAEL KISKE: Voz
DENNIS WARD: Bajo, Guitarra, Coros
UWE REITENAUER: Guitarra
GÜNTER WERNO: Teclados
DIRK BRUINENBERG: Batería
Joserra
Lo que he escuchado en los adelantos me habían hecho descartar el disco, pero ahora me has animado a darle al menos una vuelta.
Joserra
Lo que pasa es que como a ti «Welcome to the edge» te parece muy buena y a mí un rollo… Aun así te haré un poco de caso y lo escucharé.
Mendo
Ya sabes que los gustos son como los culos, que todos tenemos uno.
Igual no es tan bueno, pero por comparación con el anterior, lo parece.
Soy fan de Kiske, que le voy a hacer…