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ORFEO NEGRO (Marcel Camus, 1959)

ORFEO NEGRO (Marcel Camus, 1959)

Tragedia carioca.

Por Gabriel Sastre.

 

“Tristeza não tem fim, felicidade sim” ¿No es esa la tensión fundamental del amor humano? La ausencia de la persona amada, siempre desgarradoramente larga, frente a los fugaces momentos de realización amorosa. Orfeo negro (Marcel Camus, 1959) es una película de música y amor, en ese orden, porque cuando el segundo falta la primera nos recoge y entrega una razón para seguir adelante. La música es entonces vehículo para sobrellevar la tristeza; paradójicamente, sin tristeza no hay música, como canta una famosa samba de Vinicius de Moraes.

“Ah Eurídice. Mi verso, mi silencio, mi música, nunca huyas de mí” declara este Orfeo moderno, operario del tranvía de Rio y compositor de guitarra, capaz- a la manera de su correlato clásico- de hacer salir el sol con su canto. La vida de Orfeo y su entorno es austera pero digna; el ambiente está excitado: han comenzado los preparativos del carnaval, que posee en Brasil dimensiones planetarias.

“La felicidad de los pobres parece // la gran ilusión del carnaval// La gente trabaja el año entero // Por un instante de sueño // Para vivir la fantasía //Del rey, pirata o jardinero //Y que todo acabe el miércoles”

reza la canción A felicidade (Jobim, 1959) que evocábamos al principio. El carnaval es una cascada de expresividad, color y música cuyo lugar privilegiado en la cultura brasileña comprendemos al sumergirnos en él a través de esta película. La bella -aunque algo encerrada por el guion en su papel de mujer objeto- Eurídice llega para sellar los destinos de ambos que, en el comienzo del carnaval, tendrán un romance breve y delicado en extremo, filmado sin excesos de pasión ni drama innecesario. El rumor carnavalesco es omnipresente y los hermosos disfraces, cuyo detalle y cuidado contrastan con la pobreza de las favelas, están con frecuencia asidos a una fuerte carga simbólica, cuyo contenido reservamos para animar al visionado de la película.

La adaptación al cine de Orfeu da Conceição (tragedia carioca) del compositor Vinicius de Moraes (Rio de Janeiro, 1913) contó con el privilegio de tener a dos de los músicos más importantes de la segunda mitad de siglo a los mandos de la banda sonora, Tom Jobim y Luiz Bonfá. Ambos serán bandera internacional de la música del Brasil, junto a otros como el propio Vinicius o João Gilberto. Esta película supuso un gran escaparate para el fenómeno de la bossa nova hasta el punto de que el propio Jobim grabará en 1967 un disco, con composiciones propias, junto a un tal Frank Sinatra.

La música es justificación de sobra para verla, pues constituye la luz principal de la obra, pero es que las actuaciones, lideradas por un estelar Breno Mello (Porto Alegre, 1931), y el guion funcionan, asumiendo la restricciones de adaptar la versión clásica de un mito. La propuesta es atrevida y también política: reclamar un mito europeo y adaptarlo con éxito a la realidad brasileña para dar lugar a una película con una banda sonora de época.

Orfeo negro crtl
Intérpretes:
Breno Mello
Marpessa Down
Lourdes de Oliveira
Jorge dos Santos
Lea García
Ademar da Silva
Guión:
Vinicius de Moraes, Marcel Camus
Música:
Antonio Carlos Jobim, Luiz Bonfá
Fotografía:
Jean Bourgoin

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