Regenerando el ambiente del Rock Melódico.
Por Juan Antonio García.
Reticente por el prejuicio de una escucha sin atención y de momentos de aire moderno que tergiversan lo real si no eres exigente. Esa impresión se metía en mi cabeza al escuchar por primera vez este gran disco sin la atención que se merecía. Y no fue con el primer temazo titulado “Hurt”, de corte más clásico y lleno de grandes momentos, frescura, fuerza y bonitas melodías, sino con el avance del mismo.
Pero no hablemos de percepciones confusas, erróneas y superficiales. Estamos ante un trabajo digno de elogio y de un esfuerzo meritorio de sus músicos. Las influencias son numerosas y clásicas pero con personalidad propia y un sonido y una energía que marcan el nuevo milenio.
¿Las canciones? Diversas, además de dinámicas y llenas de intensidad con finales fantásticos que rompen con la rutina de los ritmos y estribillos reiterativos, con acabados fulgurantes de guitarras vertiginosas o de verdadero sentimiento, o de partes vocales especialmente vibrantes.
Ejemplos claros pueden ser la insuperable “Turn Back Time” o el medio tiempo de toque moderno titulado “Falling”; o también la más clásica “Whenever I’m Draming”.
Se trata de un grandísimo álbum de puro Rock Melódico aunque haya piezas más tranquilas o más hard rockeras estilo “Eclipse” como la arrolladora “Buried Alive”, sin por ello abandonar temas de corte clásico con estribillos más marcados y fiesteros como “Apologize”.
En cualquier caso, esa versatilidad en cuanto a las canciones, y el dinamismo que antes mencionaba, hará que cada oyente goce de este trabajo a su manera regalándose los momentos que más se acoplen a su gusto. Una bocanada de aire puro para disfrutar y eliminar vicios, repeticiones e impurezas.
ONE DESIRE:
JIMMY WESTERLUND: Guitarra
ANDRÉ LINMAN: Voz
OSSI SIVULA: Batería
JONAS KUHLBERG: Bajo