La perfección… ¿existe? One Desire demuestra que sí.
Por Óscar L. Gónzalez «Mendo».
Es increíble lo que me ha costado sentarme a escribir esta reseña por temor a no ser capaz de plasmar negro sobre blanco la calidad que atesora Midnight Empire y como consecuencia, no estar a la altura.
El insomnio ha sido el culpable de que me atreva… a ver qué sale.
Antecedentes.
Todos los aficionados al abanico de estilos incluidos entre el Hard rock melódico y el AOR sabemos o conocemos unos referentes pretéritos totalmente venerables, pero que por mor de las circunstancias, de su carácter, de su agotamiento artístico/físico o de sus egos y problemas legales no atraviesan por su mejor momento y son más bien un atractivo para mitómanos (los jevis lo somos en exceso) que otra cosa, ya que en el plano músical poco aportan, salvo honrosas excepciones como Toto.
Journey (indudable referente para One Desire) están peleados (en un rincón con calzón negro Smith y Valory y en el otro con calzón dorado Schon y Cain). Además parece que es por temas económicos y ya están en los tribunales tras casi dos décadas sin sacar un disco decente, Foreigner son el abuelo Mick y 4 gregarios a sueldo, y Boston, el último componente del big four melódico… supongo que estarán a punto de editar disco, ya que han pasado 6 años desde el último y eso es lo que suele tardar Tom Scholz en grabar, aunque luego el resultado sea bastante decepcionante.
Así pues y después de estas subjetivas opiniones y argumentos, nos encontramos en 2020 y en Escandinavia es donde se concentran los herederos de estos dinosaurios, jóvenes atrevidos increíblemente talentosos, bien preparados técnicamente y con una cultura musical que ya quisiéramos por estos lares. Estos grupos o bandas (si dices bandas queda como más profesional) son en mi opinión y de más a menos duros Eclipse, H.E.A.T, degreed y Work Of Art. Sé que hay muchos más que podrían estar en esta lista pero a estos 4 les conozco muy bien y creo que One Desire también, pues por casualidad o no y pese a que la propuesta de One Desire es absolutamente fresca, en conceptos, melodías y estructuras musicales, han condensado los sabores de estas 4 bandas sumadas a Journey y Toto, consiguiendo un resultado inmejorable que roza si no cae de pleno en la perfección.
La banda (o el grupo).
Los finlandeses One Desire se formaron en 2013 partiendo de la idea musical del perfecto desconocido baterista Ossi Sivula quien fue reclutando miembros empezando por el conocido y eficaz bajista Jonas Kuhlberg. Después llegaría el excepcional guitarrista y productor (en ambas facetas lo borda en este disco) Jimmy Westerlund. La pieza que completaría el puzzle era un viejo conocido de Jimmy, André Linman, voceras de los Metaleros Sturm Und Drang que además aporta guitarras.
Su debut de la mano de Frontiers en 2017 les deparó un éxito mediático (teniendo en cuenta su estilo musical, claro) sin precedentes sumando millones de reproducciones del videoclip ‘Hurt’ que abría fuego en un disco excepcional por su calidad y frescura.
Tres años después y bajo el mismo sello, nos llega Midnight Empire, un disco que mejora al anterior en todas las facetas, cosa que ya era difícil y cuya progresión en reproducciones de sus dos primeros singles es similar a los de su debut.
El disco.
Producido por Jimmy Wersterlund cuenta con el sonido y la sobre-producción necesarios sin que empalague ni ahogue las canciones. Los muy presentes teclados de Dani Strömbäck, que realiza un gran trabajo a lo largo del disco, y las guitarras forman un todo pétreo y empastado que hace que la escucha se torne adictiva y placentera. A este ingrediente hay que sumar la personal voz de André (que co-escribe la mayoría de canciones con su padre Patrick y Jimmy Westerlund) y la base rítmica con el surfeante bajo de Jonas (como me gustan estos bajistas del estilo Anna Portalupi, Nalle Påhlsson, James Lomenzo…) y el baterista fundador Ossi, que si bien puede parecer que toca muy simple, toca lo que realmente hay que tocar, sin protagonismos ni florituras innecesarias (y podría porque es técnicamente muy bueno). Lo mismo se puede decir de los punteos de Jimmy que son una maravilla, con simpleza, muy variables y dando siempre una nota ideal tras otra. Menos es más, amigos…
Es un disco tan agradable y fácil de escuchar que cuando te das cuenta (me ha ocurrido), no puedes escuchar otra cosa. Después de no menos de 30 escuchas y de haberme aprendido sin pretenderlo todos sus ganchudos estribillos, esto es lo que puedo contar sobre las canciones.
Una enigmatica voz en off nos anuncia la potentísima y épica ‘Shadowman’ con efluvios de unos Journey hasta las cejas de anabolizantes y a Ossi luciéndose con un complicadísimo doble bombo por primera y última vez. Los coros y el estribillo unidos a la inquietante letra la dejan en el top 5 del disco. Fue el segundo single y lo podéis escuchar aquí debajo. Vigila tu espalda… hay bichos con dientes y uñas afiladas que te quieren papear. Un comienzo inmejorable. Temazo.
Seguimos con el primer single ‘After you’re gone’. Es sin duda el tema más personal y en el cual es más difícil ver las influencias, salvo en el solo de Jimmy pleno de gusto por Neal Schon. Aquí abajo podéis verlo y escucharlo, que una imagen vale más que mil palabras y un sonido más que una deformada opinión. Temazo top 5 del disco.
‘Down and Dirty’ consigue que sigamos con las orejas tiesas con su moderno y pausado concepto donde recuerdan a sus vecinos degreed. Estribillo para cantar, saltar y bailar y puente al punteo fresco a más no poder. Sobre el solo no digo nada, porque os lo podéis imaginar. Otro temazo top 5. ¿Me quedaré sin tops?… Puro éxtasis musical.
En ‘Godsent Exstasy’ bajan un poco el nivel en un estribillo que no tiene la calidad de los precedentes (aunque sí las estrofas, apoyadas por una inmensa cortina de teclados) y que recuerda a temas de su debut. Desmerece frente a la competencia. El punteo de André no soporta la comparación con ninguno de los otros 8 que hace Jimmy.
‘Through the fire’ cuenta con Jimmy a la voz solista y lo hace genial, recordándo a Steve Lukather… es un artista. La parte acústica (no diré a qué me recuerda porque es evidente) pero sí os daré una pista: …and she’s buying the sta…, es de lo menos original, siendo André quien toma las riendas en el estribillo y en el solo de guitarra. Se le da mejor cantar, que queréis que os diga. En la mitad final recuerdan a Winger mezclados con Def Leppard y tamizados por estos alquimistas escandinavos. Una fiesta.
La lenta de inicio ‘Heroes’ da paso a un riff marca de la casa con André dándolo todo en las estrofas y apoyado por sus coros y los de Jimmy en el melancólico estribillo. El punteo denota la benigna influencia de Neal Schon. Tremenda.
Una enigmática arpa seguida de un no menos enigmático piano nos anuncian la calmada, fresca y llena de glucosa hasta los caideles canción titulada ‘Rio’. La voz casi desnuda de André es un primor, hasta que entran los instrumentos y la apoteosis es total. Otro top 5 del copón. ¡¡¡’Rio’ está en mi mente, André!!!
Los mismísimos Eclipse batidos en un mágico cóctel con degreed toman las riendas de ‘Battlefield of Love’ que cuenta con pasajes absolutamente fantásticos en la onda de Toto o Work Of Art, pero… ¡¡¡todo junto!!! El punteo es de lo mejor que haya escuchado en mi vida. Temazo top 5.
Nos aproximamos al final y da mucha pena. No sólo son canciones chulísimas, sino que el orden de reproducción es ideal. Más coctelera con ‘Killer Queen’ donde aparecen a ratos la influencia de muchas de las bandas (o grupos) mencionados. Increíble estribillo, increíbles estrofas, increíble riff de guitarra e increíble estructura que nos lleva la cielo. El punteo en tres fases (ignición, despegue y explosión) parece no tener fin. Magistral Westerlund. La reina asesina es un amor. La mejor canción del disco… o no, no lo sé.
Y para acabar la inevitable y ñoña balada ‘Only when I breath’ que incluye todos los tópicos, a saber: ligeras percusiones, acaramelada voz, guitarras acústicas, piano, lluvia en los cristales… pero es la repera. Es como si te estuvieran diciendo: Hey, también esto nos suena bien. Un espectáculo.
Cómpralo, escúchalo y deja que One Desire te lleve en volandas al paraíso de las melodías perfectas. Es rematadamente fácil, te lo garantizo.
Ahora ya sé que no he estado a la altura, pero es que es muy difícil. Al menos lo he intentado.
ONE DESIRE:
ANDRÉ LINMAN: Voz, guitarra
JIMMY WESTERLUND: Guitarra, coros, voz en ‘Through The Fire’
OSSI SIVULA: Batería
JONAS KUHLBERG: Bajo
DANI STRÖMBÄCK: Piano y teclados
Mendo
Mi agradecimiento al compañero Bigthor por su aporte de información.
Eduardo torres
Tremendo disco y tremenda producción. Cada vez que escucho discos así de grupos nórdicos me doy cuenta del desastre que hay en esta pais con la música y sobre todo con la cultura musical. Aun arrastramos aquel estigma desde hace mas de 40 años. Cuando en Inglaterra triunfaba Led Zeppelin, en España lo petaba Manolo Escobar, y esa desventaja…es muy jodida de superar.