Transparencias

MUCHOS HIJOS, UN MONO Y UN CASTILLO (Gustavo Salmerón, 2017)

MUCHOS HIJOS, UN MONO Y UN CASTILLO (Gustavo Salmerón, 2017)

Érase una vez…

Por ELS.

 

Mejor para ti si vas a ver esta película sin saber nada de ella, así que si no la has visto creo que no te animo a leer… Yo fui con el interés de todas las personas que me habían hablado de lo maravillosa que era, es decir, que ya pesaba en mi mirada la emoción de muchos amigos; y me habría encantado verla sin nada más que mis ojos desnudos.

Muchos hijos, un mono y un castillo es un cúmulo de vídeos familiares muy bien montado para mostrar la vida de una señora, Julita Salmerón, que de niña soñaba con tres deseos: tener muchos hijos, tener un mono y vivir en un castillo. Ahora que es anciana, uno de sus muchos hijos se empeña en hacer una película, o en buscar las vértebras de su bisabuela, que al final da lo mismo, entre la maraña de trastos que atiborran su castillo. A quién puede interesarle eso, dice Julita.

Hasta aquí la apariencia de cuento. Después solo queda la realidad, que no es ni cruda, ni agradable, ni áspera, ni placentera, ni amarga; la realidad es, sencillamente. No hace falta preparar una escena perfecta en una película muy realista que ofrezca un efecto de vida descarnada, simplemente hay que filmarla y ya opinaremos los espectadores sin que nos impongan el adjetivo. Creo que esa libertad tan sutil es uno de los rasgos que favorecen la buena acogida de la película, aunque la secuenciación de los vídeos sí obedece, claro, a cierta intención narrativa. Imagino que existirá bastante material filmado que han elegido no enseñarnos, y al hacerlo persiguen también esa intención, pero ninguna trampa más.

Yo trataba de encontrar respuestas a por qué a todo el mundo que conocía le había encantado la película. A mí me recordó aspectos de mí misma, reconocí rasgos familiares en ella, de mi vida o de vidas que conozco, y supongo que esa identificación crea un lazo que ya no podemos cortar. La vida me conducía a la vida, no a otra película. De ahí lo de que es mejor verla sin ningún filtro que pueda influir… Inspiraba la vida que Julita escupía [a la cara del espectador] como aire puro, aire, aire. Parecía que lo echaba de menos o que deseaba respirarlo profundamente para cuando llegase el momento de echarlo de menos.

A pesar de la risa, lo grotesco exige también dolor y mientras a un buen amigo mío (más generoso y menos quijotesco que yo en esto) le parecían trágicos los “importantes problemas” de Julita, a mí me asustaba pensar que pudieran extinguirse la expresión viva y la espontaneidad. Porque, empeñada en encontrar el motivo de tanto entusiasmo a mi alrededor con la película, pensaba que quizá últimamente con tanta corrección, tanto cuidado y tanto miedo a hacer(nos) daño hemos ido envolviéndonos en una atmósfera tan bien preparada que cuando recuperamos la humanidad nos alegra un poco reconocer aquella libertad (otra vez la libertad) sencilla de lo auténtico, que aún valoramos por encima de la mejor imitación.

 

muchoshijosIntérpretes:
Gustavo Salmerón
Julia Salmerón
Guión:
Gustavo Salmerón
Raúl de Torres
Beatriz Montáñez
Música:
Nacho Mastretta
Fotografía:
Gustavo Salmerón

Compartir este post

Dejar una respuesta

Tu corréo electrónico no será publicado.Campos obligatorios marcados con *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>


Lost Password

Register

Si continúas utilizando este sitio, aceptas el uso de las cookies. Más información

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close