De vuelta al lugar al que pertenece.
Por José Ramón González.
Cuando recibí este disco le comenté al responsable primero de esta página que lo iba a poner inmediatamente; él me dijo que también lo iba a hacer. Vivimos en puntos del país que están a muchos kilómetros el uno del otro. Unos minutos después, al tiempo que escuchaba “Would I lie to you” pensé en esa canción sonando en varios lugares del mundo en el mismo momento, e imaginé las notas de la música flotando en el aire y dejándose arrastrar de un lado a otro, los sonidos viajando por el espacio, el alma de un artista transportado por el universo a través de su música…; un artista que llegó a ser muy popular hace veinticinco años y que ahora, en su serenidad de músico para quien el éxito no es lo más importante, consigue lo que en parte supongo se espera lograr con el arte: llegar a otras almas y que eso que se ha creado también signifique algo en su vida.
Mike Tramp ha tardado mucho, mucho tiempo en llegar al lugar en el que se encuentra ahora ˗ese lugar espiritual˗, disfrutar de ello, aceptar su actual papel en el mundo del rock. Ése es el paso imprescindible para que los demás también lo acepten. Llegar a ese estado le ha llevado varios discos a través de los cuales, y quizás sin ser consciente, se ha encontrado consigo mismo, posiblemente haya mirado atrás, haya echado un vistazo a su obra y haya pensado: Éste soy yo. Y aquel que era, ahora es sólo una parte de sí mismo, aquel león blanco bajo cuya fuerza y fragilidad dejó cuatro obras musicales imprescindibles. No debe de ser nada fácil mirarse y reconocerse sabiendo que cuando otros son los que te miran no ven sino a quien eras. Ahora eso ha cambiado y es el propio Tramp el que dice que él es lo que es su música. Su música es él.
Ese pasado no es un tiempo, es un lugar, y por ello Mike Tramp canta al comienzo de su nuevo álbum “Coming home”. Vuelve al lugar al que pertenece, al lugar en el que nació, dejando claro que el pasado deja huella y que hay que aprender a vivir con él: Everyone is waiting here for you to sing a song. Ha decidido aceptar mirar hacia atrás para poder seguir avanzando. En esa canción vuelca todo estilo interpretativo, ese dramatismo tan característico, la extraña optimista melancolía de sus melodías para expresar rotundamente que uno pertenece al lugar en el que ha nacido. Y paseando por esas calles puede decir en “What more can I say” alegremente pero con ese irresistible poso de tristeza What a beautiful day. Porque cuando Mike Tramp canta todo se tiñe de un tono especial, casi mágico. Lo mismo ocurre con la contagiosa y pegadiza “Why even worry at all”, cuya producción nos permite escuchar su respiración al cantar. Todo acompañado de ese juego de guitarras eléctricas y acústicas que son la base de todo el disco. En ocasiones acompañan a las canciones unas notas de piano que también están en la anterior, pero se hacen más presentes en la muy bonita “Spring”, y protagonistas en “Time and a place” y en “Maybe tomorrow”, que cierra el disco de manera extraordinaria, con una intensidad controlada y una parte instrumental al final que eleva el conjunto. Es muy difícil no conectar con un disco como éste, porque es una obra que suena a verdad, sin imposturas y sin excesos, y musicalmente delicado y elegante, tanto en los instrumentos ˗guitarras, piano, bajo y batería˗ como en las voces y coros donde Tramp es absolutamente inconfundible.
Los rasgos de la música que caracterizan la obra de Mike Tramp están intactas en Maybe tomorrow, un disco que en eso no se diferencia demasiado de sus anteriores publicaciones, más o menos acústicas (Nomad), más o menos rockeras (The Rock ‘n Roll Circus, uno de mis favoritos). Sin embargo en Maybe tomorrow se trasluce una especie de serenidad especial. La tristeza, la pasión, la emoción, el optimismo están presentes, pero de un modo en el que todo tiene sentido. Es el intérprete el que domina las emociones y no al revés. Y todo ello sin perder un ápice de lo que es. Ser otro sin dejar de ser lo que se ha sido. Ése es el gran triunfo de este artista que ha logrado componer una obra con sentido, una autobiografía musical a través de los años en la que se puede leer su historia. Como casi todas las biografías, unas veces más interesante que otras, pero cuyas partes son imprescindibles para entender el todo. Y si Mike Tramp ha crecido con esas canciones nosotros también lo hemos hecho; esas notas que han llegado flotando hasta nuestras vidas también cuentan nuestra historia.
MIKE TRAMP: Cantante y Guitarra
SOREN ANDERSEN: Guitarra
MORTEN HELLBORN: Batería
JESPER HAUGAARD: Bajo
MORTEN BUCHHOLZ: Hammond y Piano