¡Que siga sucediendo el rock!
Por Javi Segura Ruiz.
Todo un verdadero y encomiable mérito considero el hecho de alcanzar las dieciséis publicaciones de estudio en un género tan minoritario como es el rock instrumental y seguir teniendo la admiración y beneplácito de crítica y aficionados.
Y es que por mucho que estemos hablando de una de las referencias mundiales de la guitarra, no deja de ser menos loable el hecho de que el maestro Satriani haya conseguido tal complicado logro a lo largo de sus 30 años de carrera musical con dicha cantidad de discos editados en los que da rienda suelta a todo tipo de estilos e influencias.
Bien es cierto que en los últimos tiempos su música era más experimental y “sideral”, pero con “What Happens Next” retoma de la esencia de aquellos discos de hard rock de sus primeros años; el compacto sonido de la base rítmica, con la contundente pegada de la batería de Chad Smith y el bajo del extraordinario vocalista Glenn Hughes, ayuda consistentemente a que el sonido sea mucho más directo y accesible que en anteriores discos; no hay duda de que la elección de ambos músicos ha sido bien premeditada por Satriani para conseguir tal fin; el hecho de que la grabación se realizara en tan sólo tres semanas y la moderada duración de la mayoría de composiciones que componen la obra a buen seguro que también han ayudado a lograr dicho propósito.
El título y comienzo machacón de “Energy” o “Catbot” no tan solo no son un espejismo, sino que además resultan el preámbulo reivindicativo de la tónica general del trabajo; melodías que capturan la esencia de discos como “The Extremist” y los cortes más rockeros de aquella obra maestra titulada “Flying in a Blue Dream”.
“Thunder High on the Mountain” es una maravilla y reúne en tres estrofas los ingredientes más perceptibles de la música del guitarrista: un inicial, extraordinario e inconfundible “Satch tapping” seguido de un potente y pesado riff que deriva en esa lenta y sensible melodía que pone los bellos como escarpias… ¡”super colossal”!
“Righteous” es otro tema fantástico, con esa preciosa cadencia inicial que desemboca en una escala antológica en melodía y ejecución y esa destacada y cautivadora armonía que conduce el ritmo principal de la canción.
Las sensuales melodías principales de “Cherry Blossoms” y “Smooth Soul” hacen recordar de inmediato a Santana, (especialmente en la primera); ambas van ganando en potencia y es ahí donde encontramos los destellos más técnicos y virtuosos de sus Ibanez; me ha gustado especialmente esa simple pero tan característica y risueña melodía del músico en el tramo final de la segunda.
El ritmo acelerado de “Headrush” nos traslada de ipsofacto a aquel “Satch Boogie” del mítico “Surfing With the Alien”; un tema en el que hay que resaltar especialmente el trabajo de Glenn Hughes, gran bajista no siempre reconocido como se merece en tal aspecto debido a que su gran labor con dicho instrumento suele quedar eclipsada por su impresionante voz.
Ese toque funky que rezuman “Looper” y “Super Funky Badass” me han provocado una sonrisa desde los primeros segundos de ambas, ¡pues me viene a la mente los movimientos de caderas que el “cuerpecillo” del bajista Stuart Hamm realizaría con estos temas sobre el escenario! La segunda de ellas es con diferencia el tema más largo del disco y, pese a su ritmo sin sobresaltos, Satch desplega toda clase de alardes técnicos sobre ese repetitivo riff que conduce toda la canción.
El tema homónimo se caracteriza por una cadencia melódica realmente elegante; en su parte central destaca mi solo favorito de todo el disco, (¡con lo difícil en estos casos que es resaltar uno!), en que Satch suelta multitud de esos explosivos efectos que tanto impactan en su música; ¡y es que aún recuerdo la de veces seguidas que hace más de veinticinco años tuve que escuchar los utilizados en la parte central de “Ice 9” para digerir aquella brutalidad que golpeaba mis tímpanos!
Pese al estruendoso sonido inicial, “Invisible” es un tema reposado con toques jazzísticos donde destaca la simpleza pero cautivadora melodía principal de guitarra y nuevamente el pronunciado protagonismo del bajo de Hughes.
Cierto aire country en el inicio del epílogo del trabajo con “Forever and Ever”, el tema más tranquilo y repleto de sensuales melodías marca de la casa; un tema sencillo pero que llega a cautivar con las reiteradas escuchas.
Puede que a estas alturas Satriani ni sorprenda ni sea esa su intención, pero estoy convencido también que en este nivel de miras un disco de estas características era más que necesario tanto para el artista como para sus admiradores; no tendrá el factor sorpresa ni la genialidad ni inspiración de sus cuatro primeras obras, pero sí que es cierto que captura buena parte de la esencia de todas ellas y aúna un gran gusto en la composición de buenas y variadas melodías patentadas por su sonido tan representativo y personal.
¡Larga vida al rock de Satch!
JOE SATRIANI: Guitarra y teclados
CHAD SMITH: Batería
GLENN HUGHES: Bajo
Joserra
Creo que Satriani ha vuelto a grabar un excelente trabajo, enérgico y contundente. Pero casi que, por gusto personal y sin haberle dado muchas escuchas a este último, me quedo con sus dos magistrales trabajos anteriores.
Silvis
Desarollada descripción, llena de matices. Buen artículo.