Críticas Extraños y Hermosos

HEAVY PETTIN’ «Rock Ain’t Dead» (Polydor, 1985)

HEAVY PETTIN’ «Rock Ain’t Dead» (Polydor, 1985)

Maravilloso atrevimiento.

Por José Ramón González.

 

Conocí a una jovencita que llamaba la atención por su aspecto y forma de ser en un entorno en el que no se toleraban fácilmente las diferencias. Cuando alguien le decía «mira que eres rara» ella respondía con una sonrisa: «gracias».

En 1985 ¿quién no perdía la cabeza por Iron Maiden, Judas Priest, Metallica, AC/DC, Dio, Saxon, Accept…? El heavy rock ya había tallado su paso por la historia de la música a golpe de obras fundamentales: Screaming for vengeance, The number of the beast, Balls to the Wall… Aunque al mismo tiempo había otras bandas, siempre las ha habido, cuyas creaciones incorporaban a ese rock duro de la época otras propuestas y particularidades. A muy tierna edad ya mostraba mis preferencias por las canciones que incluían armonías vocales cuidadas, melodías con curvas peligrosas hacia la melancolía y el romanticismo, y no hacía ascos a composiciones o bandas que me tentaran con vertientes diferentes a los patrones predominantes. Frente a los más duros, asegurar que te había encantado determinado álbum podía ponerte en entredicho frente al resto de los colegas, a quienes precisamente esa música que compartíamos los hacía diferenciarse del resto, música despreciada por la mayoría a causa de su electricidad, agresividad, potencia y desafío a las normas y las reglas. «Endulzar» ese sonido, al menos en mi entorno… no, no estaba bien visto, aunque compartiésemos el gusto en todos los demás grupos. Qué paradójico que aquella música que nos distinguía del resto también nos diferenciara entre nosotros.

A ninguno de mis amigos de la época, excepto al que redacta estas líneas, les gustó Rock ain’t dead. No sólo es que no les gustase sino que dudaron seriamente de mi criterio, y alguno llegó a mirarme con los ojos achinados por la sospecha de que no perteneciera completamente a los suyos. La voz de Steve Hayman tampoco ayudaba a convencer a nadie. Ya sabemos que nos cuesta aceptar lo que se sale del patrón, y Hamie no es precisamente un cantante convencional.

Rock ain’t dead es el segundo disco de la banda escocesa Heavy Pettin’, y es un trabajo excepcional; lo era entonces y lo es ahora. No hay otro como este; guste o no es único. Se los compara tercamente con Def Leppard. Creo que insistir en la comparación reduccionista con los de Sheffield supone asumir la inferioridad de la banda frente a aquellos y desmerecer los logros de quienes con tan solo tres álbumes grabaron algunas de las canciones de esos años más merecedoras de ser recordadas. Es cierto que existen algunas coincidencias con las primeas publicaciones de los británicos, sobre todo High ‘n’ dry y Pyromania por ese sonido preferente de la batería en la mezcla y la presencia de los coros, pero Heavy Pettin’ son mucho más que aquel grupo que dicen que se parece a Def Leppard. Sólo es necesario prestar un poco de atención y no quedarse en esa limitación superficial.

Los escoceses confían la eficacia de su sonido a una ejecución muy enérgica de las canciones que se mecen en corrientes de melodías muy bien construidas y perfectamente integradas en la canción, todo bañado de unas tonalidades de irresistible melancolía. La alternancia de arpegios de guitarras sin distorsión y eléctricas resalta ese equilibrio de potencia y sensibilidad que resulta tan característico de la banda. Por otro lado los coros sacrifican cuando es necesario las armonías a la efectividad de su fuerza; voces de jovencitos enfadados con el mundo, caprichosos y joviales pero arrebatados de emoción.

La prueba de su trascendencia es que sus peculiaridades, si una vez fueron un obstáculo para que muchos se acercaran a las creaciones del grupo, se han perpetuado en rasgos de carácter que ahora pueden atraer a aficionados cuya apertura de gustos podrían servirles para gozar de unas canciones que, en mi opinión, no han hecho más que ganar con los años, porque están tocadas de una magia muy peculiar. Probablemente porque todo suena auténtico. Y porque estos músicos fueron capaces de asumir sus singularidades contracorriente como virtudes y hacer de ellas algo distinguible e inequívocamente reconocible. Obviamente no soy el único que aprecia a este grupo. Muchos vieron en ellos a un conjunto de músicos a punto de explotar cuando incluso Brian May se lanzó a producir su primer álbum Lettin’ loose (1983) embrujado por sus creaciones.

«Sole survivor», la canción más icónica del álbum y posiblemente de la banda, es una composición que por sí sola puede sustentar la justificación de la existencia de un grupo de rock, pero si Heavy Pettin’ merecen ser recordados es por haber sido capaces de crear más. Es tan sencillo como dejarse atrapar por el arranque de «Rock ain’t dead» al comienzo del álbum. Esas guitarras atesoran tanto buen gusto como una fiesta en la embajada, que diría aquella del anuncio. Después los contagiosos y marcados ritmos nos llevan a la parte más rockera de la canción, haciendo gala de las virtudes que se extraen de la sencillez para que la melodía de la voz vaya pegándose a nuestra consciencia. Aparecen ya dos aspectos singulares: la voz de su cantante, con frecuentes arranques de gritos puros que inyectan energía como respuesta ―y aquí está el segundo― a los coros de sus colegas del grupo. Esa ejecución envuelve al oyente que no sabe para dónde tirar: si no se va a huir entonces lo más razonable es entregarse. Qué dos canciones, qué maravilloso atrevimiento. Tanto los solos de guitarra de la primera como de la segunda canción citadas son memorables, se pueden reproducir mentalmente de manera indefinida. Punky Mendoza y Gordon Bonnar están inspiradísimos en todo el trabajo. Estas creaciones, escuchadas ahora, son la prueba reveladora de que las distorsiones en muchas ocasiones no están en la realidad del hecho sino en la mirada de quien lo aprecia. Es posible que Heavy Pettin’ fuera una distorsión en su momento, aunque también lo es que esa distorsión estuviera en nuestra forma de percibirlos.

«China boy», cuyos méritos mi analfabeta juventud no fue capaz de estimar en su momento, es una composición de compleja concepción elegantemente interpretada. Es una de las canciones en las que resulta más evidente la presencia de la batería al estar sustentada buena parte de ella en la base rítmica de Gary Moat y el bajista Brian Waugh, quien hace un trabajo más que destacable. Está casi adherida a otra de las creaciones clave de la banda: «Lost in love». Ésta sí, muy cercana a algunas de las mejores composiciones de Pyromania. El comienzo con arpegios de guitarra suaves da paso a unas guitarras que, efectivamente, suenan a Def Leppard. Pero hasta ahí ―bueno, y en la sección posterior al primer estribillo, que tiene una bonita réplica al final del segundo―. La canción no necesita alas prestadas para volar alto. Portentosa creación cargada de emoción y energía, con un estribillo antológico construido con unos coros gloriosos que pondrían los ojos como platos a Mocedades. Además demuestra que Hamie puede mostrarse contenido y controlar sus tics cuando la canción lo exige.

Supongo que nadie necesita que le destripe más del contenido de Rock ain’t dead. Soy consciente de que han pasado 37 años desde la publicación del disco. Por ello es posible que haya aficionados que no sepan o no recuerden el nombre de estos prometedores músicos de Escocia. Los que ya los conocían y no los recuerdan podrían probar a pinchar, así sin expectativas, la canción que abre la segunda cara del disco, «Angel», y dejarse sorprender con la gracia y la espontaneidad de Heavy Pettin’, y luego comprobar si a lo largo del resto del día han sido capaces, durante algunos instantes, de sacarse el ritmo y las melodías de la canción, si no han sentido la tentación de volver a ella, si, en algún momento, han tenido que reconocer que ahí había algo que no habían encontrado antes: ese puente detrás del solo de guitarra, los coros, esa voz… A quienes no los han escuchado nunca los animo a que, por curiosidad, le echen una oreja a «Heart attack», electrizante e innovadora, y comprueben si su alternancia de guitarra eléctricas y arpegios sin distorsión los han escuchado antes, pero hechos después.

Nuestros gustos cambian, evolucionan, mejoran. Nuestra experiencia como aficionados al arte de la música nos permite adquirir nuevas perspectivas con el paso de los años… y ahí está Rock ain’t dead esperando con un gesto de comprensivo reproche pero dispuesto a entregarnos sus vibrantes composiciones llenas de inmarcesible atractivo. Con sus virtudes y sus defectos, que no ensombrecen la obra sino que la hacen singular y atractiva.

Heavy Pettin’ crearon dos obras en las que desarrollaban su forma de ver la música con unas peculiaridades que no siempre les facilitaron el camino al éxito, que es lo que todo artista desea, o como poco el consolador reconocimiento. Gracias a ello esos dos álbumes han conservado su atractivo de manera asombrosa y ahora, en este mundo tan contaminado de realismo y mimetismo, su música se revela llena de frescura y vitalidad, de creatividad y atrevimiento. Podemos considerar el segundo de ellos, este Rock ain’t dead, como el destilado esencial de sus capacidades. Cuando decidieron lanzarse a conquistar el mercado norteamericano renunciando a lo que les hacía especiales perdieron la partida. Big Bang (1989) es un trabajo sin duda más que disfrutable y con alguna canción irresistible como «Born to run», pero ya no destacaban entre el resto. Ya no podían dar las gracias porque ya no eran diferentes.

HEAVY-PETTIN-Rock-Aint-Dead_cover
HEAVY PETTIN’:
GORDON BONNAR: Guitarra
PUNKY MENDOZA: Guitarra
BRIAN WAUGH: Bajo
GARY MOAT: Batería
STEVE “HAMIE” HAYMAN: Cantante

Compartir este post

Dejar una respuesta

Tu corréo electrónico no será publicado.Campos obligatorios marcados con *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>


Lost Password

Register

Si continúas utilizando este sitio, aceptas el uso de las cookies. Más información

The cookie settings on this website are set to "allow cookies" to give you the best browsing experience possible. If you continue to use this website without changing your cookie settings or you click "Accept" below then you are consenting to this.

Close