Por lo que son, no por lo que fueron.
Por Javi Segura Ruiz.
Con la banda canadiense mantengo un litigio emocional interno difícil de explicar y cuanto menos curioso y hasta incluso contradictorio, pues pasados ya 22 años de su obra maestra, (de aquél “disco azul” que hoy y siempre será uno de mis TOP en la historia de la música) y a pesar que desde entonces ninguno de sus siguientes diez trabajos me ha vuelto a cautivar por completo, el tándem Hess/Lesperance sigue estando entre mis grandes del género, el hacha de Scarborough siempre lo consideraré un Dios por sus memorables guitarras en ese inigualable “Voice of Reason” y una nueva obra de ellos siempre supone unas sensaciones especiales pese a que hace ya muchos años no sea del grupo de ingenuos y eternos reclamantes de un “Mood Swings II”, (bueno, ya sería un “III” tras permitirse el capricho de regrabarlo… ¡qué lo hubieran hecho con su debut que mucha más falta le hacía excusas de derechos de autor aparte!).
Y es que nadie puede negar a los de Ontario que siempre han realizado la música que les ha auto complacido en cada momento más allá de las peticiones de sus seguidores, hecho que en multitud de ocasiones más que admirado ha sido incluso repudiado en parte debido a ese toque arrogante que muchas veces les ha acompañado durante su larga carrera musical.
De todos modos, ese estilo de modern rock con el que empezaron a completar sus composiciones desde “Believe” siempre se ha ido alternando en mayor o menor medida con las primitivas señas de identidad del grupo, cohesionando sendas épocas en una sola y convirtiéndose finalmente en su sello personal característico y contemporáneo, bien (por poner algunos ejemplos), con guiños a su debut homónimo, (plasmados en el equilibrio melódico de “Higher”), bien rememorando tiempos de “Mood Swings”, (en el regreso a su nombre original con “Weight of the World”), o incluso acercándose (aunque fuera a años luz), a la vertiente más oscura de “Voice of Reason”, (como hicieron en “Overload”); en “United” encontraremos un compendio de todos ellos.
Y es que a Harem hace ya mucho tiempo que hay que apreciarlos por lo que son y no por lo que fueron, aunque hay que reconocer que a veces te lo ponen algo difícil, pues a ver a quien no se le acelera el ritmo cardiaco rememorando tiempos pasados con los espectaculares acordes de Pete y el contagioso groove de la sección rítmica con los que comienza el tema homónimo que a la vez sirve de apertura del disco… no obstante y pese a que no volvamos de pleno a dicha época, sí que es cierto que tras esa estupenda intro nos espera un tema lleno de vitalidad, con un puente celestial y esos reconocibles coros patentados gracias al insustituible Darren Smith… ¿Cuánto tiempo hacía que un solo de Lesperance no me hacía hervir la sangre de esta manera? Regocijaros con el mismo, pues no encontraréis otro igual de explosivo en todo el disco, pues son 30 segundos de fuego intenso.
Otra fantástica guitarra marca el ritmo en “Here Today Gone Tomorrow”, otro elegante tema en el que vuelve a relucir otro exquisito puente que más adelante es buscado con ansiedad por el breve solo de Pete que quizás parezca algo raro y desestructurado en su composición; un tema que hará las delicias de los seguidores más cercanos al hard aor.
Algo desconcertado te puede dejar el peculiar y gran comienzo de “Gravity”, pero llegados esos marcados riffs que acompañan las líneas vocales de Hess el tema gana en intensidad y acaba siendo uno de los que más me ha ganado con las escuchas; para variar, otros memorables y cuidadísimos coros que aparecen por doquier en esta gran canción y para mi gusto los más destacables del disco por muy difícil que sea elegir entre tanta “delicatessen” en dicho apartado.
Imposible evitar que se te vayan las caderas con el contagioso ritmo que marca el inicio y principal melodía de “Sinking Ship”, tan adictivo como ese fantástico estribillo marca de la casa; tema con garra, fuerza y alma; otro gran solo en el que destaca esa típica parte central en el que se desacelera el ritmo para retomarlo seguidamente con esa impronta tan característica y personal de Lesperance.
Comienzo con sonidos alternativos de acústica y piano en el mid tempo “One of Lie’s Mysteries” que acaban desembocando en uno de esos poderosos y exclusivos estribillos de la marca registrada “Harem Scarem”; el sentimiento con el que Hess canta pone el resto para que estemos ante una buena canción; gran solo con un espectacular comienzo que me ha recordado por momentos al extraordinario de “End of Time”.
Con “No Regrets” llega el momento de recrearnos con el tema más rockero, cantado con rabia por Hess y cargado en su totalidad de energía positiva, desde esos riffs clásicos con aire festivo y ochentero hasta el adictivo estribillo precedido por un pausado pero otra vez fantástico puente de la canción; simple, pero efectiva y contagiosa.
¡Sublime “Bite the Bullet”!, un tema cargado de modern rock llevado al terreno de los canadienses; ¿quién se ve capaz de elegir una melodía favorita entre tanta maravilla a modo de puente, estribillos o cualquier otra de las líneas vocales?; además, pasado el ecuador del mismo nos sorprende con un segundo estribillo que suena divino; melodía y velocidad a partes iguales para lo que a Pete se le ha pasado esta vez por la cabeza en el solo… ¡menudo final nos espera con esa voz de fondo del gran Jeff Scott Soto acompañando los coros!… ¡temazo!
“Things I Know” comienza con un pausado ritmo entrecortado que nos acompaña hasta otro estribillo para ser coreado pero quizás ya demasiado trillado y que recuerda especialmente a composiciones de “Higher”; de estructura similar es “Heaven and Earth” con un prometedor riff de inicio que no tarda demasiado en buscar un estribillo casi popero y con demasiados clichés; no me han convencido mucho ninguna de estas dos canciones.
Acertada fusión entre la breve vertiente oscura con la que se inicia “The Sky is Falling” y las cadencias de las guitarras que rápidamente aparecen y que recuerdan poderosamente a las de “Morning Grey” del “Believe / Karma Cleansing”; en este caso el alegre estribillo me parece más elaborado y el rítmico solo de Lesperance uno de los mejores de este trabajo; buen tema.
La relajada voz de Harry acompañada por un sonido tejano hace presagiar que el disco terminará con una balada, pero finalmente la aparición de guitarras y sección rítmica hace que el tema gane en intensidad hasta transportarnos a otro hímnico estribillo con ritmo entrecortado que desprende nuevamente y más que nunca la magia de los creados en “Higher”; otro gran solo que gana fuerza a medida que avanza gracias a la subida de revoluciones de Miczek y Doane.
¿Qué decir de Harold Hess? Pues algo tan simple como verdadero y es que sigue manteniendo una voz absolutamente privilegiada tras casi tres décadas manteniendo además ese nivel en los directos; en este disco tampoco abusa de esos tonos más forzados en los coros como en anteriores ocasiones, y demuestra con su versatilidad adaptada a cada tema que sigue haciendo con su garganta lo que le da la gana para continuar considerándolo uno de los grandes vocalistas que ha ofrecido el hard melódico.
De Peter Lesperance me he tomado el capricho de comentar gran parte de los solos de “United” y es que necesitaba permitirme ese lujo en mi primera reseña de la banda; es de esos contadísimos guitarristas por los que voy ansioso de que en cada canción llegue el momento en que ejecute su pasaje instrumental a las seis cuerdas, aunque bien es cierto que cada vez sorprende menos; no es que a estas alturas espere solos incendiarios como en “Mood Swings” o “Voice of Reason”, (¡hasta en eso me he resignado ya!), pero en demasiadas ocasiones tengo la sensación de haber escuchado con anterioridad buena parte de esas escalas y acordes con los que parece caer en un plagio de sí mismo; aun así, sigue realizando un extraordinario trabajo y no dejará nunca de que preste toda mi atención al escuchar todas y cada una de sus futuras rhythm and lead guitars.
“United” es otro buen disco de Harem Scarem en el que, pese a mantener un gran nivel en todo su minutaje, hay canciones que bajo mi punto de vista recuerdan en demasía a las de anteriores publicaciones de los canadienses, por lo que me acaba dejando una sensación agridulce pese a los grandes momentos que nos vuelven a brindar en esos temas más vitales y que aportan en mayor o menor medida pequeñas y nuevas evoluciones en el consagrado sonido de la banda y que a la postre hacen que sea un disco totalmente recomendado.
HAREM SCAREM:
HARRY HESS: Voz, Guitarra
PETE LESPERANCE: Guitarra
STAN MICZEK: Bajo
CREIGHTON DOANE: Batería
DARREN SMITH: Coros
Joserra
He podido darle un par de escuchas, aunque reconozco que no demasiado atentas. Aun así, y después de releer el pormenorizado análisis de Javi, creo que ha acertado prácticamente de pleno. Coincido en que los dos temas más flojos son los nombrados por Javi por las mismas razones que expone. Al mismo tiempo «Gravity», sin riesgo a jugársela, es de lo mejor del disco.
Aunque más escuchas nos irán proporcionando matices, es posible que este disco sea excesivamente poco ambicioso. Incluso «Here today gone tomorrow» me lleva de un puntapié a «Un lugar cerca del sol» de Rafa Martín. Para algunos esto será positivo.
Tampoco conviene precipitarse en el juicio con músicos así (hay que atender a los solos de Lesperance entre otras cosas), pero quería dejar constancia de lo que considero un acierto de nuestro redactor con la reseña.
starbreaker
¡Qué bien suena eso de redactor! Jeje
Gracias por tus comentarios Joserra.
No había caído en la similitud entre las dos canciones que mencionas, pero volviendo a escuchar tras bastante tiempo la de Rafa tienes razón entre tanto «coincidente» parecido.
No se si será poco ambicioso; aquí cada uno tendrá su opinión, pero por temas como «Gravity», «United», «Sinking», «Bullet» ya vale la pena su escucha.
El «problema» es que después de mi reseña tan sólo escucharé con el paso del tiempo esas cuatro canciones, aunque bien es cierto que en mi caso particular ya es mucho comparado con lo que he venido haciendo en los últimos años de la discografía más reciente de la banda.
Un saludo Joserra.
javi
Pues yo es la tercer vez que lo escucho en tres días y sin forzar… es decir, me gusta un huevo y seguro que gana con el tiempo.
Luego digo algo más.
Joserra
Yo lo he escuchado ya varias veces. Se escucha muy bien y se disfruta, pero no me entusiasma, como sí me ocurrió con Thirteen. Quitando «Bite the bullet» y «Gravity», que sí que me parecen piezas mayores, el resto es, música excelentemente interpretada pero a la que le falta… entusiasmo, no sé. Uno se da cuenta de que todo está muy bien hecho, se disfruta, pero ya está. Puede parecer que eso no es poco, sin embargo, de estos tíos espero un poco más.
Otra cosa: menudo trabajo de coros de Jeff Scott Soto.