Las mejores intenciones.
Por José Ramón González.
Sorprende que un disco fabricado en estudio, con un músico que ha grabado él solo todos los instrumentos ―guitarras, bajo, batería y teclados―, acompañado únicamente de un cantante, transmita tanta calidez. El disco de Dramah, proyecto de Chema García, es una sorpresa más que agradable pero, sobre todo, una esperanza de que algo mejor puede llegar. Recientemente ha anunciado su fichaje por The Fish Factory con quienes va a publicar su próximo álbum en el que ya está trabajando. Ojalá sea ese nuevo trabajo la confirmación de lo que se intuye en Alter ego, repleto de buenas intenciones y con algunos momentos muy conseguidos.
Ante todo hay que valorar cómo Chema García y Kike Fuentes, cantante del proyecto, han sido capaces de extraer oro de un yacimiento en el que se contaba con tan poca mano de obra. El hard rock que practica Dramah está sustentado, sobre todo, en unas trabajadas melodías que llevan al oyente en volandas hasta el estribillo, siempre pegadizo, siempre rompedor ―en particular, el de «Siete vidas» me recuerda no poco al «Maniac» de Michael Sembello―. Por ello Alter ego se escucha con satisfacción creciente según va haciéndose uno a su ambientación, superando las limitaciones instrumentales, gracias al trabajo vocal de Kike Fuentes, quien le echa muchas ganas y no poca dedicación a cada una de las canciones. Se nota el cariño con el que está hecho el disco, tanto por parte de Kike como de Chema. Esto pone de manifiesto que, en muchas ocasiones, vale más el trabajo y la entrega a aquello en lo que uno cree que los medios. Es un disco de sensaciones, de estímulos, de emociones. Suena sincero y honesto, consciente de lo que es y sin intentar aparentar lo que no puede ser, algo que no es tan fácil de encontrar, pues es frecuente que los medios actuales se utilicen para maquillar, ocultar o, directamente simular lo que no hay.
Y eso que, en mi opinión, el disco de Dramah funciona mejor canción a canción que como conjunto, cuya escucha completa termina generando una sensación de excesiva uniformidad. Es decir, cada una de las canciones escuchadas aisladamente suena mejor que cuando se escucha el disco al completo, esa es mi sensación. La arquitectura de las canciones es muy parecida y hay estribillos tan cercanos en sus melodías que por momentos uno cree que va a escuchar el de una canción cuando está sonando otra o, incluso, que habría encajado perfectamente en ella. Del mismo modo, el trabajo con las letras podría haber sido más exigente, pues es fácil anticiparse a lo que va a ser pronunciado en algunas de las rimas; es cierto que funcionan en general bien, son variadas en la temática y cumplen sobradamente su función ―con algunos hallazgos destacables―, aunque a veces rozan cierta ingenuidad como en «Gea», alegato honroso al margen. Sería deseable que esos aspectos se cuidasen más de cara al próximo álbum para lograr lo que, de ese modo, podría ser un resultado mucho más redondo. Porque materia prima hay: buen gusto, conocimiento del género, una dosis de dramatismo y melancolía que le va muy bien, estribillos explosivos y muy pegadizos… y un montón de ganas. Esa escasez de medios ―a pesar de que el disco no suena nada mal― y la falta de una banda completa, se tornan aquí en un resultado asombroso, cercano, agradabilísimo y atractivo.
Los dos bonus tracks son dos canciones ya escuchadas en el álbum, aunque cantadas en esta ocasión por Baol Bardot Bulsara, el actual cantante de TNT. Son grabaciones provenientes de la idea original de Chema, que era contar con varios cantantes para el disco, pero al grabar Kike las suyas decidió incorporarlo como cantante definitivo. En la primera de ellas, «Volar», he tenido que consultar la duración de la canción porque, a causa del espectacular trabajo de Baol, me parecía que la canción tenía mayor dinamismo, que iba más rápida; pero no, la canción dura exactamente lo mismo. Tal es la labor de este tipo que tanto ha aprendido en la banda noruega. Algo parecido podemos decir de la segunda, «Lluvia», en la que se monta unos coros a lo TNT de mucho nivel.
DRAMAH:
CHEMA GARCÍA: Guitarras, bajo, batería y teclados
KIKE FUENTES: Voz y coros