Sobreviviendo a los 90.
Por Carlos Bayón.
Dentro de los discos más controvertidos de Bon Jovi, (¿cuál no lo es?), este quizás sea, dentro de su época dorada, el que más.
En el año 95 el Hard rock 80’s estaba prácticamente extinguido, casi todos los contemporáneos a la banda de New Jersey, o se han separado o se han retirado a sus cuarteles de invierno a la espera de tiempos mejores, el grunge y otros estilos surgidos a rebufo han dejado escuálido un movimiento que fue mayoritario y exitoso apenas 5-6 años antes, ahora apenas es un vestigio del pasado que huele a dinosaurio y del que casi todo el mundo reniega, incluso algunos de sus protagonistas.
Con todo eso en contra y con la producción de Peter Collins, que anteriormente había trabajado con grupos tan lejanos estilísticamente a Bon Jovi como Rush o Queensrÿche, aunque también con Saraya algo más cercana. El disco sigue la línea de canciones más maduras, más largas y líricamente más comprometidas, que ya estaban en el anterior Keep The Faith, seguramente por influencia del grunge y también por el paso del tiempo de los protagonistas. Ya no hay espacio para las noches de fiesta, las chicas y el desparrame, todo es, llamémosle triste. Se pide responsabilidades a Dios en la inicial “Hey God”; al inexorable paso del tiempo y la injusticia en “These Days”; a los amores perdidos en la tranquila y desnuda “(It’s Hard) Letting You Go” y en la vacilona “Something for the Pain”; a la esperanza en ”Something To Believe In” con ecos a Simple Minds; el paso a la madurez del matrimonio en “Diamond Ring”. Aunque también hay historias positivas como en “If That’s What It Takes”.
Es un disco más variado, el grupo ya se ha quitado de encima la coraza y el peso de haber editado dos superventas como Slippery When Wet y New Jersey que les perseguirá toda la vida, y hacen en mi opinión el disco que querían, sin ataduras del pasado, mirando hacia delante sin miedo, y busca, dentro de su estilo, nuevos sonidos. Y de ahí quizá, la búsqueda de un productor tan alejado a ellos.
Se le ha puesto el sambenito de disco con muchas baladas o temas lentos, pero también es verdad que están las canciones más duras que hayan grabado nunca como en la anteriormente nombrada “Hey God”, o en la sucia y boogie “Damned”, o en “All I Want is Everything”, sólo quizás superadas por el tema “Bullet” de The Circle.
Es un disco más largo de lo habitual, más de 70 minutos, como Keep The Faith y eso hace que haya huecos para más medios tiempos de lo habitual, aunque tampoco veo un problema en las canciones tranquilas si son buenas y para nada pastelosas, cosa que por ejemplo sí ocurre en la excesivamente deudora de la megabalada “Bed of Roses” y precursora de “Always” y “Thank You For Loving Me” de Crush, “Lie To Me”. Pero las otras dos baladas del disco, con títulos larguísimos, “My Gutar Lies Bleeding in My Arms”, que según avanza la canción se vuelve más una power ballad al uso como la que fue primer single “This Ain’t a Love Song” o “Letting You Go”, que aparte de ser una rara avis en su discografía no desentonan para nada con el resto del disco ni en ningún momento se hacen aburridas.
Hay una ruptura demasiado evidente con su época ochentera, que le hace ser un disco incomodo de escuchar por decirlo de alguna manera para sus antiguos fans, y que le hace tener el dudoso honor de ser el disco menos vendido de su discografía y el único que no presentaron en directo en su país, todo lo contrario que en el resto del mundo donde hicieron su gira más larga y exótica visitando países donde no habían tocado antes como Tailandia, Malasia o Sudáfrica.
Quizá por ese cambio tan brusco en apenas 10 años le hace ser un trabajo incomprendido del que la banda no ha renegado nunca, pero es rara la presencia de temas en directo en cualquiera de sus giras, pero a la vez, por extraño que parezca, le hace ser un disco muy querido y que ha sobrevivido al paso del tiempo sin que suene anticuado, la producción, aun teniendo algún deje noventero, no le hace sonar anticuado y las letras desgraciadamente siguen estando de actualidad.
Estando caliente su paso por España, creo que es buen momento para recordar y escuchar uno de los discos incomprendidos de una de las pocas bandas que consiguió sobrevivir al huracán alternativo que asoló y arrasó todo lo que olía a ochentero.
BON JOVI:
JON BON JOVI: Voz
RICHIE SAMBORA: Guitarras
DAVID BRYAN: Teclados
TICO TORRES: Batería
HUGH MCDONALD: Bajo